Hola amigos: AL VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., Koh Phangan (Tailandia), 8 ene (EFE).- La isla de Phangan, en el golfo de Tailandia, conocida hace dos décadas por sus encantos naturales, ha visto su paisaje transformado por acoger la Fiesta de la Luna Llena, que reúne en cada ocasión unos 30.000 jóvenes en busca de diversión, alcohol y drogas. DON KHONE ISLAND (LAOS) .- Puesta de sol sobre el río Mekon, en la frontera entre Laos y Camboya.
Estás en http://www.efeverde.com/, la plataforma global de periodismo ambiental, energías renovables, rsc y desarrollo sostenible de la Agencia EFE.
"Antes los turistas llegaban para disfrutar de la naturaleza y en busca de relax. Ahora vienen con el objetivo de emborracharse y colocarse", comenta Ann Marisang, residente en el pueblo de Ban Tai, cerca de la playa de Haadrin en la que se celebra la fiesta. Esta nació en 1985 cuando un grupo de amigos norteamericanos decidió celebrar la cena de acción de gracias, el cuarto jueves de noviembre, en la playa bajo la luz de la luna llena.
Con el paso de los años, el evento mensual adquirió fama entre los mochileros que visitaban el Sudeste Asiático bajo la promesa de acudir a una de las juergas más locas del mundo y hasta convertirse en una "meca" para los turistas en busca de emociones fuertes.
A medida que cae el sol, hordas de embarcaciones llegan al puerto de Haadrin cargados hasta la bandera de jóvenes uniformados con tatuajes, camiseta de tirantes de colores llamativos y bañador.
Las calles hacia la playa, estrechas y repletas de pub y lugares de comida rápida, se llenan de una marabunta de jóvenes sedientos de alcohol a bajo precio y otras sustancias prohibidas.
"Es una forma muy lucrativa de hacer negocio con el turismo", dice Michael Letts, un joven británico visiblemente ebrio.
La popularidad de la fiesta ha cambiado los hábitos de los 50.000 habitantes de la isla que, si hace veinte años se dedicaban en su mayoría a la agricultura y la pesca, hoy encuentran una forma más rentable de ganarse la vida con negocios dirigidos a servir a los visitantes.
Hileras de hostales de bajo presupuesto, tiendas de tatuajes, puestos de pintura corporal y garitas donde se venden bebidas de fuerte graduación alcohólica servidas en pequeños cubos, son algunos de estos nuevos negocios.
"Cada fecha de luna llena colgamos el cartel de completo en nuestro hostal semanas antes de que llegue", explica Pook Assawes, que regenta una pensión en primera línea de playa.
El éxito de la fiesta de la Luna Llena ha sido tan rotundo que los lugareños no han dudado en aprovechar cualquier otra fase lunar para hacer negocio y organizar en la misma orilla las fiestas de la Media Luna o de la Luna Nueva. Pero esta nueva economía que sustenta a los isleños no es del gusto de todos.
"Estos jóvenes son unos maleducados que no respetan a nadie. Practican sexo en público, ensucian las playas y no les importan nada", se queja un anciano. Voluntarios y miembros de la guardia de rescate patrullan la playa para vigilar y atender a estos turistas.
"Lo que más solemos tratar son cortes por cristales rotos y traumatismos de alguna caída, aunque cada cierto tiempo se registra algún accidente mortal", indican en el puesto de asistencia de emergencia ubicado en la playa.
Con la salida del sol muchos jóvenes comienzan a regresar a sus lugar de hospedaje tras la noche de juerga y dejan una playa minada de botellas vacías, cubetas de plástico y sandalias extraviadas durante la borrachera.
Embajadas en Tailandia como la británica pide en su página web a sus ciudadanos que extremen las precauciones ante posibles asaltos y violaciones durante la celebración de la Fiesta de la Luna Llena.
Más de 18,5 millones de personas visitaron Tailandia en 2011, según el Ministerio de Turismo y Deporte, que dejaron en el país más de 700.000 millones de bat (más 22.000 millones de dólares o 17.000 millones de euros). EFE
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
ayabaca@hotmail.com
ayabaca@yahoo.com
Estás en http://www.efeverde.com/, la plataforma global de periodismo ambiental, energías renovables, rsc y desarrollo sostenible de la Agencia EFE.
"Antes los turistas llegaban para disfrutar de la naturaleza y en busca de relax. Ahora vienen con el objetivo de emborracharse y colocarse", comenta Ann Marisang, residente en el pueblo de Ban Tai, cerca de la playa de Haadrin en la que se celebra la fiesta. Esta nació en 1985 cuando un grupo de amigos norteamericanos decidió celebrar la cena de acción de gracias, el cuarto jueves de noviembre, en la playa bajo la luz de la luna llena.
Con el paso de los años, el evento mensual adquirió fama entre los mochileros que visitaban el Sudeste Asiático bajo la promesa de acudir a una de las juergas más locas del mundo y hasta convertirse en una "meca" para los turistas en busca de emociones fuertes.
A medida que cae el sol, hordas de embarcaciones llegan al puerto de Haadrin cargados hasta la bandera de jóvenes uniformados con tatuajes, camiseta de tirantes de colores llamativos y bañador.
Las calles hacia la playa, estrechas y repletas de pub y lugares de comida rápida, se llenan de una marabunta de jóvenes sedientos de alcohol a bajo precio y otras sustancias prohibidas.
"Es una forma muy lucrativa de hacer negocio con el turismo", dice Michael Letts, un joven británico visiblemente ebrio.
La popularidad de la fiesta ha cambiado los hábitos de los 50.000 habitantes de la isla que, si hace veinte años se dedicaban en su mayoría a la agricultura y la pesca, hoy encuentran una forma más rentable de ganarse la vida con negocios dirigidos a servir a los visitantes.
Hileras de hostales de bajo presupuesto, tiendas de tatuajes, puestos de pintura corporal y garitas donde se venden bebidas de fuerte graduación alcohólica servidas en pequeños cubos, son algunos de estos nuevos negocios.
"Cada fecha de luna llena colgamos el cartel de completo en nuestro hostal semanas antes de que llegue", explica Pook Assawes, que regenta una pensión en primera línea de playa.
El éxito de la fiesta de la Luna Llena ha sido tan rotundo que los lugareños no han dudado en aprovechar cualquier otra fase lunar para hacer negocio y organizar en la misma orilla las fiestas de la Media Luna o de la Luna Nueva. Pero esta nueva economía que sustenta a los isleños no es del gusto de todos.
"Estos jóvenes son unos maleducados que no respetan a nadie. Practican sexo en público, ensucian las playas y no les importan nada", se queja un anciano. Voluntarios y miembros de la guardia de rescate patrullan la playa para vigilar y atender a estos turistas.
"Lo que más solemos tratar son cortes por cristales rotos y traumatismos de alguna caída, aunque cada cierto tiempo se registra algún accidente mortal", indican en el puesto de asistencia de emergencia ubicado en la playa.
Con la salida del sol muchos jóvenes comienzan a regresar a sus lugar de hospedaje tras la noche de juerga y dejan una playa minada de botellas vacías, cubetas de plástico y sandalias extraviadas durante la borrachera.
Embajadas en Tailandia como la británica pide en su página web a sus ciudadanos que extremen las precauciones ante posibles asaltos y violaciones durante la celebración de la Fiesta de la Luna Llena.
Más de 18,5 millones de personas visitaron Tailandia en 2011, según el Ministerio de Turismo y Deporte, que dejaron en el país más de 700.000 millones de bat (más 22.000 millones de dólares o 17.000 millones de euros). EFE
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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