Hola amigos: AL VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., Las faraónicas obras del trasvase de agua del sur al norte de China han dado un importante paso adelante al terminarse una de las estructuras más complicadas del proyecto, el túnel que pasa por debajo del río Amarillo, el segundo más largo del país, y llevará agua del Yangtsé.
Las faraónicas obras del trasvase de agua del sur al norte de China han dado un importante paso adelante al terminarse una de las estructuras más complicadas del proyecto, el túnel que pasa por debajo del río Amarillo, el segundo más largo del país, y llevará agua del Yangtsé.
Las faraónicas obras del trasvase de agua del sur al norte de China han dado un importante paso adelante al terminarse una de las estructuras más complicadas del proyecto, el túnel que pasa por debajo del río Amarillo, el segundo más largo del país, y llevará agua del Yangtsé.En la foto de archivo, un convoy avanza por una carretera en la provincia de Henan (China). Unas 330.000 personas de las provincias de Henan y Hubei han tenido que abandonar sus casas por la construcción del trasvase "De Sur a Norte". EFE/How Hwee YoungFinalizan el túnel que llevará agua del Yangtsé por debajo del río Amarillo :
Pekín, (EFE).- Las faraónicas obras del trasvase de agua del sur al norte de China han dado un importante paso adelante al terminarse una de las estructuras más complicadas del proyecto, el túnel que pasa por debajo del río Amarillo, el segundo más largo del país, y llevará agua del Yangtsé.
Según informaron las autoridades encargadas del proyecto, el túnel, de 585 metros de longitud, nueve de diámetro y 70 de profundidad, quedó completado y se espera que por él fluyan al año 442 millones de metros cúbicos de agua.
Su construcción supuso una inversión de 97,2 millones de dólares y cuatro años de trabajo.
El túnel es parte de la rama oriental del gigantesco trasvase, que llevará agua del Yangtsé a zonas del norte del país afectadas frecuentemente por sequías, como Shandong, Hebei o Tianjin. Otras dos ramas harán lo propio al centro norte y al noroeste del país.
El río Amarillo está más contaminado, muchos de sus tramos se congelan en invierno y su caudal es mucho más inestable que el del Yangtsé, razones por las que se optó por el segundo como origen del trasvase, pese a estar mucho más alejado del norte y tener precisamente al primero como "obstáculo".
Según informaron las autoridades encargadas del proyecto, el túnel, de 585 metros de longitud, nueve de diámetro y 70 de profundidad, quedó completado y se espera que por él fluyan al año 442 millones de metros cúbicos de agua.
Su construcción supuso una inversión de 97,2 millones de dólares y cuatro años de trabajo.
El túnel es parte de la rama oriental del gigantesco trasvase, que llevará agua del Yangtsé a zonas del norte del país afectadas frecuentemente por sequías, como Shandong, Hebei o Tianjin. Otras dos ramas harán lo propio al centro norte y al noroeste del país.
El río Amarillo está más contaminado, muchos de sus tramos se congelan en invierno y su caudal es mucho más inestable que el del Yangtsé, razones por las que se optó por el segundo como origen del trasvase, pese a estar mucho más alejado del norte y tener precisamente al primero como "obstáculo".
Un proyecto que arranca en 1952
El trasvase sur-norte es una de las obras públicas más ambiciosas de China y ya fue proyectado en 1952 por el entonces mandatario chino Mao Zedong, aunque debido a las dificultades técnicas, el Gobierno del país no dio luz verde al proyecto hasta 2002, medio siglo después.
Con una inversión de 80.000 millones de dólares (el triple de lo que costó el otro gran proyecto hidráulico de China en los últimos años, la Presa de las Tres Gargantas), su meta es acabar con la desigual distribución del agua en el país, azotado por sequías cada año en el norte y por inundaciones en el sur.
La rama oriental, la más importante pues abastecerá a Tianjin y Pekín, las principales urbes de la región septentrional, tendrá una longitud de 21.467 kilómetros y se espera que comience a funcionar en 2013, aunque las otras dos partes del proyecto podrían no estar operativas hasta mediados de siglo. EFE
El trasvase sur-norte es una de las obras públicas más ambiciosas de China y ya fue proyectado en 1952 por el entonces mandatario chino Mao Zedong, aunque debido a las dificultades técnicas, el Gobierno del país no dio luz verde al proyecto hasta 2002, medio siglo después.
Con una inversión de 80.000 millones de dólares (el triple de lo que costó el otro gran proyecto hidráulico de China en los últimos años, la Presa de las Tres Gargantas), su meta es acabar con la desigual distribución del agua en el país, azotado por sequías cada año en el norte y por inundaciones en el sur.
La rama oriental, la más importante pues abastecerá a Tianjin y Pekín, las principales urbes de la región septentrional, tendrá una longitud de 21.467 kilómetros y se espera que comience a funcionar en 2013, aunque las otras dos partes del proyecto podrían no estar operativas hasta mediados de siglo. EFE
Trasvase de agua sur-norte: sostenibilidad en cuestión
Alma López Figueiras 09-04-2010 - 09:56:07
Reducir el desequilibrio natural de recursos hídricos entre norte y sur ha sido una de las preocupaciones principales de las autoridades chinas. El 81% de las reservas de agua se concentra en el sur, donde un clima subtropical con abundantes precipitaciones y los glaciares del Himalaya alimentan la cuenca del Yangtsé y otros ríos, en contraste con el árido norte, donde se encuentran el río Amarillo y grandes ciudades como Beijing y Tianjin, muy deficitarias de agua.
Alma López Figueiras 09-04-2010 - 09:56:07
Reducir el desequilibrio natural de recursos hídricos entre norte y sur ha sido una de las preocupaciones principales de las autoridades chinas. El 81% de las reservas de agua se concentra en el sur, donde un clima subtropical con abundantes precipitaciones y los glaciares del Himalaya alimentan la cuenca del Yangtsé y otros ríos, en contraste con el árido norte, donde se encuentran el río Amarillo y grandes ciudades como Beijing y Tianjin, muy deficitarias de agua.
Para aliviar la carestía del norte, las autoridades chinas han iniciado un proyecto de trasvase de agua desde el Yangtsé y sus afluentes hasta la cuenca del río Amarillo y las ciudades de Beijing y Tianjin.
Se trata de un megaproyecto de ingeniería hidráulica que encara dificultades técnicas y tendrá elevados costes económicos, ecológicos y humanos. Aunque todavía se está estudiando su viabilidad en algunos tramos, ya se han trazado tres rutas y por parte de las autoridades, es clara la apuesta a este trasvase de agua a gran escala.
Sin embargo, las graves sequías de las últimas semanas en Yunnan, Guizhou y Guangxi, en el suroeste, ponen en tela de juicio la sostenibilidad del proyecto. Pese a contar con más recursos hídricos, el sur de China también está sufriendo las consecuencias del calentamiento global y prácticas abusivas como la deforestación, que han llevado a una disminución de las reservas de agua y un descenso en las lluvias.
Al final, el sur podría no ser tan abundante como se creía. Un proyecto con historia El trasvase de agua sur-norte, proyectado inicialmente en 1958 durante el período maoísta, fue rescatado del olvido en la década de 1990 y reformulado en 2001.
Se trazaron tres rutas –oriental, central y occidental-, destinadas, respectivamente, a satisfacer las necesidades de agua de las provincias orientales de Jiangsu y Shandong, de las grandes ciudades de Beijing y Tianjin y a recuperar el nivel del río Amarillo en su curso alto.
Las rutas oriental y central están en fase de ejecución desde 2002 y 2003, pero la ruta occidental aún se está definiendo. Supone el mayor hito de China en ingeniería hidráulica desde la Presa de las Tres Gargantas, una central hidroeléctrica de enormes dimensiones en el curso medio del Yangtsé.
China es un país que cuenta con una larga tradición en infraestructuras de ese tipo, como demuestran la construcción del Gran Canal Imperial entre las ciudades de Hangzhou y Beijing en los siglos V-VII o el sistema de irrigación de Dujiangyan, en la provincia suroccidental de Sichuan, que data del siglo III a.C. y es el más antiguo del mundo en funcionamiento.
Los proyectos hidráulicos actuales siguen la estela de la megalomanía de antaño y no se detienen ante presupuestos elevados ni repercusiones sociales y medioambientales. Gran presupuesto + costes ecológicos y humanos En términos de coste económico, el trasvase será tres veces superior a la Presa de las Tres Gargantas, y al igual que este megaproyecto hidroeléctrico, el balance tendrá también altos costes ecológicos y humanos.
Por su envergadura (tres rutas), afectará a varios ríos y obligará a construir embalses y otras infraestructuras en varias provincias y regiones del país.
Se estima que a partir de 2010 abandonen sus hogares más de 100.000 personas al año hasta 2015. Los desplazamientos y las expropiaciones ya han generado descontento social y se agravan cuando se producen casos de corrupción.
Cuando se termine, en torno a 2050, hará llegar 44.800 millones de metros cúbicos de agua al año a 400 millones de habitantes. El proyecto contempla los desequilibrios ecológicos que se causarán en algunos ríos y por ello también prevé la construcción de canales secundarios destinados a corregir esas pérdidas.
Un caso es el del río Hanjiang, el mayor afluente del Yangtsé en la provincia de Hubei y cuyas aguas serán desviadas por la ruta central del trasvase sur-norte hacia Beijing y Tianjin a partir de la presa de Danjiangkou. Según se proyecta, este río recibirá agua de otro afluente del Yangtse. Pero aún existe la posibilidad de otros daños colaterales.
Las sequías del suroeste revelaron que esa zona no tiene tantos recursos hídricos como se piensa. La zona de donde se supone saldrá el agua para abastecer el norte chino está a penas recuperándose de una de las más fuertes sequías en 60 años que afectó a más de 51 millones de personas.
Información de : China Files
Información de : China Files
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
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