19 diciembre 2012
La investigación espacial ha desarrollado un nuevo método para medir la
presión dentro del cráneo utilizando sencillas ondas de sonido
provenientes de unos auriculares. El dispositivo es un efectivo sistema
de aviso temprano para pacientes en fase de recuperación que hayan
sufrido algún daño en la cabeza o algún tipo de cirugía cerebral.
Al igual que con la presión de la sangre, nuestro cuerpo controla la
presión del fluido que rodea al cerebro para amortiguarlo con respecto
al cráneo.
Cuando los astronautas están en órbita, es su sistema de control de
presión corporal el que regula la acumulación de fluidos, por lo que las
agencias espaciales están muy interesadas en comprender cómo funciona y
cómo se adapta a la ausencia de gravedad.
Monitorizar la ‘presión intracraneal’ no es sencillo – existen muchas
técnicas, pero son complejas, invasivas y requieren de operación.
Desarrolló un dispositivo que emite sonidos hacia el interior del oído y registra el eco con el fin de calcular el cambio en la presión que se da entre lecturas.
Paul estaba trabajando en este sistema para medir la presión intracraneal cuando la agencia espacial francesa, la CNES, le pidió que la utilizara en un vuelo parabólico que permaneció durante 22 segundos en ingravidez.
“La ayuda de la ESA fue fundamental para impulsar este sistema y hacerlo más pequeño”, afirma Paul.
El resultado es un ordenador del tamaño de un disco duro portátil que produce y analiza el sonido y puede utilizarse incluso en entornos ruidosos como la sala de urgencias de un hospital.
El dispositivo seguirá probándose a lo largo del año 2013 en la base
internacional de investigación Concordia, en la Antártida. En un
experimento patrocinado por la ESA, los miembros del equipo medirán los
cambios de presión en sus cráneos mientras vivan en esta base aislada,
situada a 3.200 metros de altitud.
Igual que los astronautas en el espacio, los equipos que viven en Concordia sufren de dolores de cabeza debido al intenso estrés y a la falta de sueño. Estudiar la presión intracraneal ofrecerá claves sobre cómo combatir el dolor y, en última instancia, ayudar a la gente en regiones más habitables del planeta Tierra que sufren este tipo de dolencias.
Paul concluye afirmando que “si funciona en Concordia, funcionará en cualquier sitio”.
Igual que los astronautas en el espacio, los equipos que viven en Concordia sufren de dolores de cabeza debido al intenso estrés y a la falta de sueño. Estudiar la presión intracraneal ofrecerá claves sobre cómo combatir el dolor y, en última instancia, ayudar a la gente en regiones más habitables del planeta Tierra que sufren este tipo de dolencias.
Paul concluye afirmando que “si funciona en Concordia, funcionará en cualquier sitio”.
ESA
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
ayabaca@hotmail.com
ayabaca@yahoo.com
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