Hola amigos: AL VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., La demanda para abatir por el sistema de rececho (con autorización) un macho montés (Cabra Hispánica) de catorce años, que puede tener un coste cercano a los 12.000 euros, ha bajado sobremanera en los últimos años debido a que en las subastas públicas apenas hay pujadores a causa de la crisis.
El hábitat de la cabra montes en la sierra de Gredos. Información de: El Rincón del trotamundos. Comportamiento: La cabra montes de Gredos estuvo, como sucedió con otros muchos animales salvajes de nuestros montes, a punto de extinguirse. A principios de siglo en la sierra de Gredos apenas existían unas dos docenas de cabras. Desde entonces la población ha ido creciendo y en la actualidad se estima que puede haber entorno a 9.000 ejemplares. Este espectacular crecimiento se debe, entre otros motivos, al interés cinegético que las monteses han tenido entre los cazadores, por el preciado trofeo de su cornamenta. Posiblemente fue este interés lo que salvo de una más que segura extinción a este emblemático animal, un valioso endémico de la fauna Ibérica.
El hábitat de la cabra montes en la sierra de Gredos. Las monteses son uno de los animales salvajes más emblemáticos de la sierra de Gredos. Se han erigido con todo merecimiento desde hace mucho tiempo en las reinas de las alturas, llegando a ser el animal salvaje más representativo de este macizo montañoso.
Existen en la Península bajo la denominación de cabra montés ibérica (Capra pyrenaica) tres subespecies que se diferencian por ligeras variaciones en la morfología de los cuernos y del color del pelo. Capra pyrenaica pyrenaica: exclusiva del Pirineo, en la actualidad al borde de la extinción. Capra pyrenaica hispánica: está presente en las cordilleras del litoral mediterráneo. Capra pyrenaica victoriae: esta es la subespecie de Gredos y Las Batuecas.
Existen en la Península bajo la denominación de cabra montés ibérica (Capra pyrenaica) tres subespecies que se diferencian por ligeras variaciones en la morfología de los cuernos y del color del pelo. Capra pyrenaica pyrenaica: exclusiva del Pirineo, en la actualidad al borde de la extinción. Capra pyrenaica hispánica: está presente en las cordilleras del litoral mediterráneo. Capra pyrenaica victoriae: esta es la subespecie de Gredos y Las Batuecas.
El hábitat de la cabra montes en la sierra de Gredos. Muchos de nosotros hemos tenido alguna vez la oportunidad de ver a estos fantásticos animales en fotografía o en algún documental, pero no por ello al acercarnos hasta su hábitat natural, hemos dejado de sentir una extraordinaria emoción al ver junto a los caminos y senderos que recorren la sierra de Gredos de norte a sur, la vivacidad y belleza de este animal, con su pelaje marrón durante la primavera y el verano y casi negro en el otoño y el invierno. Su grandiosa y retorcida cornamenta sobresaliendo por encima de los piornos que cubren las laderas de la sierra, o la silueta de este animal encaramado en los afilados salientes de las descompuestas cresterías, y con un poco de buena suerte, quizás también tengamos la oportunidad, (muy frecuente durante los periodos de celo), de presenciar alguna de las muchas y hermosas peleas que los machos monteses llevan acabo entre si para imponer ante los demás contendientes su dominio sobre el harén de hembras. Estas sensacionales estampas de la vida animal en la naturaleza, no nos cansaran nunca por muchas que sean las veces que vayamos a la sierra de Gredos y veamos las manadas de monteses. Siempre escucharemos una voz cerca de nosotros que exclamara sorprendido; “mira, mira las cabras”.
El hábitat de la cabra montes en la sierra de Gredos Información de rincon de trotamundos.
Al acercarnos al gran farallón de Gredos, quedemos sorprendidos, por no decir perplejos, al contemplar las grandes manadas de cabras monteses saltando de roca en roca, corriendo por las empinadas laderas de nieve, o encaramadas en lo más alto de los riscos, allí donde al hombre le es casi imposible subir si no va provisto de material adecuado.
Al acercarnos al gran farallón de Gredos, quedemos sorprendidos, por no decir perplejos, al contemplar las grandes manadas de cabras monteses saltando de roca en roca, corriendo por las empinadas laderas de nieve, o encaramadas en lo más alto de los riscos, allí donde al hombre le es casi imposible subir si no va provisto de material adecuado.
El Cabaco (Salamanca), 3 mar (EFE).- La demanda para abatir por el sistema de rececho (con autorización) un macho montés (Cabra Hispánica) de catorce años, que puede tener un coste cercano a los 12.000 euros, ha bajado sobremanera en los últimos años debido a que en las subastas públicas apenas hay pujadores a causa de la crisis.
Durante la última subasta abierta, celebrada el pasado 25 de febrero en La Alberca (Salamanca), de los cuatro machos de Categoría Oro -con más de catorce años- que se ofertaban sólo ha sido entregado uno y el resto ha quedado desierto.
Hace años las subastas eran muy concurridas y eran numerosos los cazadores que pujaban para hacerse con el permiso para abatir a un macho montés, cuyo valor radica en su 'cornamenta', muy apreciada entre los aficionados a la caza y que, más tarde, se exhibe como trofeo.
De hecho, existe un registro oficial en España donde están reconocidos los cazadores que han matado los diez machos montés de mayor puntuación en España.
En función de un baremo, relacionado con la anchura y altura de los cuernos de la cabra, el cazador que ostenta la primera posición en el Parque Natural de Las Batuecas es el rey Juan Carlos, por un ejemplar que cazó en 1996, cuando eran habituales sus jornadas cinegéticas en esta zona de la Sierra de Francia salmantina, en localidades como El Cabaco, El Maíllo, Serradilla del Arroyo o La Alberca.
Muchos de los cazadores que acuden a estas subastas aseguran que ya no pueden pagar los 4.700 euros que tiene de salida este ejemplar en la puja, a los que hay que sumar otros 6.000 euros por los gastos de medición, una vez cazado el macho montés.
A este "capricho" hay que añadirle otros 600 euros de gastos en la taxidermia de la cabeza y los cuernos del animal, que es en definitiva el trofeo que pretenden los cazadores de este tipo de animales, cuyo nombre científico es el de Cabra Hispanica Victoriae.
Debido a la crisis, los cazadores interesados en este tipo de trofeos optan por ejemplares de macho montés más asequibles para los bolsillos, denominados medallas de plata o de bronce, de más de siete años de edad y cuyo coste en la subasta de la Reserva de Caza de Las Batuecas es de 2.650 euros.
En Castilla y León, la mayor reserva de cabra hispánica se encuentra en la Sierra de Gredos, donde existe un censo de unos 10.000 ejemplares, frente a los 1.300 contabilizados en el Parque Natural de Las Batuecas.
Según han informado hoy a Efe fuentes de la Junta de Castilla y León, los mayores problemas de conservación de esta subespecie de Cabra Hispánica son el furtivismo y la sarna.
En la Reserva de Las Batuecas el furtivismo apenas se ha dado, ya que en los últimos seis años, según la Consejería de Medio Ambiente, sólo ha desaparecido un ejemplar.
En la zona de la Sierra de Gredos hay más bajas por el furtivismo, debido a que la vigilancia es más complicada.
La supervivencia de la Cabra Hispánica estuvo seriamente amenazada a principios del siglo XX, a causa de su caza indiscriminada.
Para aumentar su población en Castilla y León, la Junta introdujo esta especie en la Reserva Regional de Caza de Riaño (León) y también lo ha hecho en la zona leonesa de Ancares. EFE
Durante la última subasta abierta, celebrada el pasado 25 de febrero en La Alberca (Salamanca), de los cuatro machos de Categoría Oro -con más de catorce años- que se ofertaban sólo ha sido entregado uno y el resto ha quedado desierto.
Hace años las subastas eran muy concurridas y eran numerosos los cazadores que pujaban para hacerse con el permiso para abatir a un macho montés, cuyo valor radica en su 'cornamenta', muy apreciada entre los aficionados a la caza y que, más tarde, se exhibe como trofeo.
De hecho, existe un registro oficial en España donde están reconocidos los cazadores que han matado los diez machos montés de mayor puntuación en España.
En función de un baremo, relacionado con la anchura y altura de los cuernos de la cabra, el cazador que ostenta la primera posición en el Parque Natural de Las Batuecas es el rey Juan Carlos, por un ejemplar que cazó en 1996, cuando eran habituales sus jornadas cinegéticas en esta zona de la Sierra de Francia salmantina, en localidades como El Cabaco, El Maíllo, Serradilla del Arroyo o La Alberca.
Muchos de los cazadores que acuden a estas subastas aseguran que ya no pueden pagar los 4.700 euros que tiene de salida este ejemplar en la puja, a los que hay que sumar otros 6.000 euros por los gastos de medición, una vez cazado el macho montés.
A este "capricho" hay que añadirle otros 600 euros de gastos en la taxidermia de la cabeza y los cuernos del animal, que es en definitiva el trofeo que pretenden los cazadores de este tipo de animales, cuyo nombre científico es el de Cabra Hispanica Victoriae.
Debido a la crisis, los cazadores interesados en este tipo de trofeos optan por ejemplares de macho montés más asequibles para los bolsillos, denominados medallas de plata o de bronce, de más de siete años de edad y cuyo coste en la subasta de la Reserva de Caza de Las Batuecas es de 2.650 euros.
En Castilla y León, la mayor reserva de cabra hispánica se encuentra en la Sierra de Gredos, donde existe un censo de unos 10.000 ejemplares, frente a los 1.300 contabilizados en el Parque Natural de Las Batuecas.
Según han informado hoy a Efe fuentes de la Junta de Castilla y León, los mayores problemas de conservación de esta subespecie de Cabra Hispánica son el furtivismo y la sarna.
En la Reserva de Las Batuecas el furtivismo apenas se ha dado, ya que en los últimos seis años, según la Consejería de Medio Ambiente, sólo ha desaparecido un ejemplar.
En la zona de la Sierra de Gredos hay más bajas por el furtivismo, debido a que la vigilancia es más complicada.
La supervivencia de la Cabra Hispánica estuvo seriamente amenazada a principios del siglo XX, a causa de su caza indiscriminada.
Para aumentar su población en Castilla y León, la Junta introdujo esta especie en la Reserva Regional de Caza de Riaño (León) y también lo ha hecho en la zona leonesa de Ancares. EFE
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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