Su comienzo:
Era descendiente de los señores del castillo de
Balboa, cerca de
Villafranca, en la actual
León. Se cree que su padre fue el
hidalgo Nuño Arias de Balboa, pero sobre quién fue su madre hay más dudas (podría haber sido una mujer de
La Antigua, de cuyo valle parecía proceder directamente también don Nuño Arias de Balboa, o tal vez una dama de Extremadura de la que se desconocen más datos). Tampoco se conoce con certeza nada de su infancia. Durante su adolescencia sirvió como
paje y
escudero de
Pedro Portocarrero,
señor de Moguer. En
1500, motivado por su señor con las noticias de los viajes de
Cristóbal Colón hacia el
Nuevo Mundo, decidió emprender su primer viaje a
América dentro de la expedición de
Rodrigo de Bastidas. En
1501 recorrió las costas del
Mar Caribe desde el este de
Panamá, pasando por el
golfo de Urabá, hasta el
cabo de la Vela, correspondientes a la actual
Colombia. Con las ganancias que produjo dicha campaña, se retiró a
La Española en
1502, donde compró una propiedad, y allí residió varios años ocupándose de la
agricultura. Pero no tuvo demasiada suerte en ella, y comenzó a endeudarse; finalmente, se vio obligado a abandonarla.
En
1509, queriendo librarse de sus acreedores en
Santo Domingo, Núñez de Balboa se embarcó como
polizón (dentro de un
barril y junto con su
perro Leoncico) en la expedición comandada por el
bachiller y Alcalde Mayor de Nueva Andalucía
Martín Fernández de Enciso que salió a socorrer al gobernador
Alonso de Ojeda, quien era su superior. Ojeda junto con setenta hombres, había fundado el poblado de
San Sebastián de Urabá en Nueva Andalucía. Sin embargo, cerca del establecimiento existían muchos indígenas belicosos que usaban armas venenosas, y Ojeda había quedado herido de una pierna. Poco después, Ojeda se retiró en un barco a La Española, dejando el establecimiento a cargo de
Francisco Pizarro, que en ese momento no era más que un valiente soldado en espera de que llegara la expedición de Enciso. Ojeda le pidió a Pizarro que se mantuviera con unos pocos hombres por cincuenta días en el poblado, o que de contrario usara todos los medios para regresar a La Española.
Antes de llegar la expedición a San Sebastián de Urabá, Fernández de Enciso descubrió a Núñez de Balboa a bordo del barco y lo amenazó con dejarlo en la primera isla desierta que se encontrara. Pero el bachiller quedó convencido de la utilidad que tenían los conocimientos de Núñez de Balboa en aquella región, que había explorado ocho años atrás, sumado a los pedidos de la tripulación de que no cometiera ese acto, por lo que no le quedó más remedio que perdonar su vida y mantenerlo a bordo. De hecho, ambos se pusieron de acuerdo para eliminar a Nicuesa de la gobernación de Veragua.
El descubrimiento del Mar del Sur:
La noticia inesperada de un nuevo mar rico en oro fue tomada muy en cuenta por Núñez de Balboa. Decidió regresar a Santa María a comienzos de 1513 para disponer de más hombres provenientes de La Española, y fue ahí cuando se enteró que Fernández de Enciso había persuadido a las autoridades coloniales de lo ocurrido en Santa María; así, Núñez de Balboa envió a Enrique de Colmenares directamente a España para buscar ayuda, en vista que no hubo respuesta de parte de las autoridades de La Española.
Mientras en Santa María se organizaban expediciones en busca del famoso mar. Algunos recorrieron el
río Atrato hasta diez
leguas hacia el interior, sin ningún éxito. La respuesta de más hombres y suministros en España fue negada, porque el caso de Fernández de Enciso ya era conocido por la
Corte española. Así, a Núñez de Balboa no le quedaba más remedio que emplear los pocos recursos que tenía en la ciudad para realizar el descubrimiento.
Usando varios informes dados por caciques indígenas amigos, Núñez de Balboa emprendió el viaje desde Santa María a través del
istmo de Panamá el
1 de septiembre de 1513, junto con 190 españoles, algunos guías indígenas y una jauría de perros. Usando un pequeño
bergantín y diez canoas indígenas recorrieron por mar y llegaron a las tierras del cacique
Careta y el día 6 se internaron junto con un contingente de mil indígenas de Careta hacia las tierras de Ponca, que se había reorganizado; pero fue vencido, sometido e hizo alianza con Núñez de Balboa. Luego de varios días y uniéndose varios hombres de Ponca se remontaron a la espesa selva el día 20 y pasando con algunas dificultades llegaron el día 24 a las tierras del cacique Torecha, que dominaba el poblado de Cuarecuá. En este poblado se desencadenó una férrea y persistente batalla; Torecha fue vencido y muerto en combate. Así, los hombres de Torecha decidieron aliarse con Núñez de Balboa, aunque gran parte de la expedición estaba exhausta y malherida por el combate y muchos de éstos decidieron hacer descanso en Cuarecuá.
Los pocos que siguieron a Núñez de Balboa se internaron a las cordilleras del río
Chucunaque el día 25. Según informes de los indígenas, en la cima de esta cordillera se podía ver el mar, así que Núñez de Balboa se adelantó al resto de los expedicionarios, y antes del mediodía logró llegar a la cima y contemplar, lejos en el horizonte, las aguas del mar desconocido. La emoción fue tal que los demás se apresuraron a demostrar su alegría y felicidad por el descubrimiento logrado por Núñez de Balboa. El
capellán de la expedición, el
clérigo Andrés de Vera, logró entonar el
Te Deum Laudamus, mientras que el resto de los hombres erigieron pirámides de piedras e intentaron con las espadas, grabar cruces e iniciales sobre la corteza de los árboles del lugar, dando fe que en ese sitio se había realizado el descubrimiento. Todo eso ocurrió el
25 de septiembre de 1513.
Wikipedia.
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El Pacífico, un desconocido 5 siglos después de la llegada de Núñez de Balboa |
El Pacífico, un desconocido 5 siglos después de la llegada de Núñez de Balboa
(EFE)
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hace 11 horas
Sevilla,
25 ago (EFE).- Historiadores de Europa, Asia y América se reunirán en
Sevilla (sur de España) con motivo del V Centenario del descubrimiento
del Pacífico por Vasco Núñez de Balboa que, conforme a un histórico
aserto español, hizo que en España no se pusiera el Sol.
El
congreso internacional, considerado la mayor reunión científica sobre
este océano, se celebrará del 23 al 27 de septiembre bajo el epígrafe de
'El Pacífico, 1513-2013. De la Mar del Sur a la construcción de un
nuevo escenario oceánico'.
Es fruto de la alianza científica y
cultural entre las tres principales instituciones americanistas de
Sevilla, su Universidad, la Escuela de Estudios Hispano-Americanos del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Archivo
General de Indias.
Precisamente, el histórico edificio del Archivo
de Indias acogerá, de forma paralela, la exposición titulada "Pacífico.
España y la aventura de la Mar del Sur", organizada por el Ministerio
español de Educación, Cultura y Deporte y Acción Cultural Española y que
ya ha podido verse en la ciudad española de Trujillo.
La
exhibición, con piezas originales, paneles y audiovisuales, se dividirá
en cinco bloques: "Un mundo incompleto"; "América, el continente
inesperado"; "El descubrimiento de la Mar del Sur"; "La exploración del
Océano Pacífico"; y "De la estela al camino: el Pacífico, puente entre
continentes".
Santiago Bernabéu, investigador del CSIC y
coordinador del Congreso junto a la profesora de la Universidad de
Sevilla Carmen Mena, dijo a Efe que se trata de la mayor reunión
científica sobre el Pacífico y que las 135 ponencias que serán
presentadas abarcan los últimos cinco siglos, con asuntos de actualidad,
como los problemas medioambientales de la zona.
Habrá ponencias
sobre galeones hundidos, piratería, estudios de ADN o sobre los
intérpretes en épocas históricas -se trata de la zona del mundo con más
idiomas vivos, e históricamente hubo varios idiomas en una sola isla-.
También
se analizará la pervivencia de la cultura y las costumbres españolas en
el Pacífico, denominado por historiadores americanos como "El lago
español".
Bernabéu destacó que en Taiwán en la actualidad se están
excavando y rehabilitando dos antiguos fuertes españoles que estuvieron
en servicio durante 35 años y que, aunque las que perduran en la
memoria como españolas son las Filipinas, la presencia de España también
fue duradera en las Marianas, en Palaos y en otros archipiélagos.
En
numerosas islas se conservan antiguas ermitas, fortines, cementerios y
otros vestigios españoles, como la toponimia de accidentes geográficos e
incluso de islas, como la del Espíritu Santo, cuya denominación
resistió a posteriores cambios de nombre de franceses u holandeses.
La
presencia española en aquellas aguas fue permanente desde finales del
XVI hasta 1812, periodo en el que el denominado Galeón de Manila, las
cruzaba una o dos veces año para llevar a España especias, marfiles,
muebles y textiles, en una ruta que se hacía tocando puertos de México y
Perú, ya que hasta finales del XVIII no se abrió para los españoles la
ruta del Cabo de Nueva Esperanza.
Las relaciones de España con
Siam, con la India y con Indochina, y las embajadas efectuadas con
aquellos lugares también serán analizadas en el Congreso, que tendrá dos
vertientes paralelas, "la de Filipinas y el mundo oriental, y la
americana de los países con ribera en el Pacífico", según Bernabéu.
El
coordinador del Congreso advirtió de que, aunque Balboa fue el primer
occidental que vio el Pacífico e incorporó el entonces denominado Mar
del Sur, la reunión "no será sobre Balboa sino sobre el Pacífico, que
sigue siendo muy desconocido" históricamente, salvo en lo que se refiere
a los primeros viajes, como el de Magallanes.Alfredo Valenzuela.
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Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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